En un día lleno de inspiración y aprendizaje, un grupo de jóvenes de la Fundación Prodis, gracias al proyecto de talleres realizado por la Fundación Villacisneros y su programa «CapacitArte», y junto a nuestro artista y amigo David Rodríguez Caballero, dieron la oportunidad única de adentrarse dentro del mundo de la fundición artística. Esta visita no solo permitió conocer el proceso creativo que hay detrás de la materialización de una obra, sino que también se convirtió en un aprendizaje del valor del compañerismo, trabajo en equipo y la inclusión social.
El arte como puente hacia la inclusión
Desde el momento de su llegada, los jóvenes mostraron una gran curiosidad e interés insaciable. David Rodríguez Caballero, artista que forma parte del proyecto «CapacitArte», enseñó todo el proceso creativo detrás de sus obras, incluido el proceso de fundición en nuestras instalaciones. El grupo de jóvenes pudieron ver desde la concepción inicial de la idea hasta el resultado de la pieza final. Fue un día en el que el arte se convirtió en un puente hacia el entendimiento y la apreciación de la diversidad y la creatividad.
La Fundación Prodis trabaja incansablemente para mejorar la vida de personas con discapacidad intelectual. Su meta es garantizar su plena inclusión en la sociedad. A través de esta visita, encontraron una forma perfecta para promover la integración y desarrollo de sus jóvenes. El arte, sirvió como herramienta para romper barreras, fomentar la expresión y fortalecer la confianza de ellos mismos.
Aprendizaje y colaboración como pieza clave
Los valores de compañerismo y trabajo en equipo brillaron durante toda la visita. Ver a los jóvenes colaborar, hacer preguntas y participar activamente en el proceso de fundición fue un recordatorio de que el arte es un lenguaje universal, capaz de unir a las personas sin importar sus diferencias. La inclusión social fue palpable en cada conversación, cada sonrisa compartida o cada pregunta planteada.
Reflejos de alegría en un día inolvidable
Al final de la jornada, la satisfacción y alegría eran evidentes en los rostros de los jóvenes. No solo se llevaron consigo conocimientos sobre el arte de la fundición, sino también lección del trabajo en equipo y de superación. Esta experiencia no ha sido solo para ellos. También nos ha dejado a nosotros una huella importante en el corazón, demostrando una vez más que el arte tiene el poder de unir.
Esto nos recuerda a todos la importancia de abrir espacios donde todo el mundo, sin distinción pueda aprender, participar y crecer juntos, construyendo un mundo más inclusivo y comprensivo.
¿Quieres ver nuestros proyectos? Haz click aquí