En el corazón de Toledo, una ciudad rica en historia y cultura, se erige una escultura que rinde homenaje a una de las figuras más icónicas del ciclismo español: Federico Martín Bahamontes. Conocido como «El Águila de Toledo», el ciclista Bahamontes no solo dejó su marca en las carreteras europeas, sino también en los corazones de los toledanos. Esta escultura no solo celebra sus logros deportivos, sino que también refleja el profundo respeto y admiración que su ciudad natal siente por él.
La Escultura del Ciclista Bahamontes
La escultura original de Bahamontes forma parte del Premio de Escultura “Julio Pascual”, que la Fundación Soliss convoca para honrar a ilustres toledanos. En la segunda edición del premio, decidieron rendir homenaje a Bahamontes, y el escultor Javier Molina Gil creó la obra ganadora.
Instalaron la escultura en la Cuesta de las Armas, cerca del Miradero de Toledo, un lugar elegido por el propio ciclista. La obra, fundida en bronce mediante el proceso de la “cera perdida”, representa a Bahamontes en un momento de máximo esfuerzo, capturando la esencia de su estilo escalador.
La escultura, a tamaño casi real, mide aproximadamente 1,90 metros, un poco más que la altura real de Bahamontes en 1959. La bicicleta es una reproducción detallada de la que usó para ganar el Tour de Francia. Además, en la rampa de la escultura se encuentra una águila bicéfala troquelada, que proyecta su silueta sobre el suelo cuando le da el sol, en un guiño al apodo del ciclista.
El proceso de creación de esta escultura fue meticuloso y detallado. Primero, el escultor modeló la obra en barro en su estudio en Valencia. Luego, se realizó la fundición en bronce, un método tradicional que garantiza la durabilidad y el detalle de la pieza final. La elección del bronce no solo aporta un aspecto majestuoso y solemne, sino que también asegura que la escultura resista el paso del tiempo y las inclemencias del clima.
Restauración de la Obra
Lamentablemente, el pasado 8 de diciembre, la escultura sufrió graves desperfectos debido a actos vandálicos. Este incidente no solo dañó físicamente la obra, sino que también afectó el ánimo de los toledanos que ven en Bahamontes un símbolo de orgullo local.
Llevamos a cabo la restauración de la escultura en nuestra fundición, donde realizamos un minucioso trabajo para devolverle su esplendor original. Durante el proceso, decidimos colocar la escultura sobre una peana de aproximadamente un metro de altura para dificultar futuros actos vandálicos. Implementamos cuidadosamente esta medida de protección para asegurar que la escultura permanezca intacta y continúe siendo un punto de referencia y admiración para locales y visitantes.
La restauración de la escultura no fue una tarea sencilla. Requirió la pericia de expertos en conservación de arte y técnicas de fundición. El primer paso fue evaluar los daños y planificar la reparación, asegurando que cada detalle de la escultura fuera restaurado con precisión.
Las áreas dañadas fueron limpiadas y soldadas, utilizando técnicas de restauración que mantuvieran la integridad y apariencia original de la obra. Este proceso no solo devolvió la belleza a la escultura, sino que también reforzó su estructura para prevenir futuros daños.
Instalación e Inauguración de un Legado
Hoy, 9 de julio, coincidiendo con el 96 cumpleaños de Bahamontes, la escultura restaurada ha sido reinstalada y reinaugurada en una ceremonia emotiva. Este evento no solo celebra el legado de Bahamontes como ciclista, sino también su impacto perdurable en la comunidad toledana.
Aunque Bahamontes falleció el 8 de agosto del año pasado, su espíritu y sus logros continúan inspirando a generaciones. La ceremonia de reinauguración reunió a numerosos admiradores, familiares y dignatarios locales que compartieron historias y recuerdos del ciclista. La nueva instalación de la escultura, ahora más protegida, simboliza la resiliencia y la determinación, cualidades que el ciclista Bahamontes personificó a lo largo de su carrera.
La escultura de Bahamontes en el Miradero de Toledo es mucho más que un tributo físico; es un símbolo de superación y éxito. Para los toledanos, representa la capacidad de alcanzar grandes alturas, tanto literal como metafóricamente, tal como lo hizo «El Águila de Toledo».
La restauración e instalación de la escultura al ciclista Bahamontes en Toledo es un recordatorio conmovedor del impacto duradero de un hombre que superó obstáculos y alcanzó la grandeza. En su 96 cumpleaños, la ciudad de Toledo no solo celebra la vida y logros de Bahamontes, sino también la herencia que ha dejado.
La escultura, situada en el Miradero de Toledo, continuará inspirando a futuros ciclistas y admiradores, manteniendo viva la memoria de «El Águila de Toledo». La reinauguración de la escultura ha servido también como una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de proteger y valorar el arte público, que no solo embellece nuestras ciudades sino que también mantiene viva la memoria de aquellos que han dejado una huella imborrable en nuestra historia.
¿Quieres ver la entrevista que nos hicieron sobre su restauración? Haz click aquí.
¿Quieres ver otros proyectos realizados? Haz click aquí.