Roma: Un tributo a la memoria y esencia

En el corazón de un jardín diseñado por el paisajista Fernando Pozuelo, tres imponentes esculturas monumentales se alzan como guardianas silenciosas de un espacio que trasciende lo terrenal. Estas obras, concebidas por la artista Verónica Mar, son mucho más que simples piezas decorativas: son un homenaje poético y espiritual a la esencia inmortal de Roma, una perrita cuya memoria permanece viva en cada rincón del lugar.

Bajo los nombres de Roma Past, Roma Present y Roma Future, estas esculturas narran una historia de amor, serenidad y protección. Cada pieza captura un aspecto diferente de la energía de Roma. En el pasado, encontramos la nostalgia de los recuerdos compartidos; en el presente, la fuerza de su presencia aún palpable; y en el futuro, la promesa de un legado eterno.

El aluminio fundido, tratado con un lacado blanco puro de pintura para exteriores, otorga a las esculturas una pureza y espiritualidad que resalta en el entorno natural del jardín. Este acabado no solo refuerza la durabilidad de las piezas, sino que también potencia la sensación de calma y equilibrio.

Con dimensiones que oscilan entre lo colosal y lo delicado, cada escultura dialoga con el paisaje de manera única. Roma Past, con sus seis metros de longitud, se extiende como un recuerdo que envuelve el espacio; Roma Present, con su altura monumental, se erige como un faro de presencia constante; y Roma Future, de formas compactas y contenidas, apunta hacia un horizonte lleno de esperanza.

Estas piezas transforman el jardín en un santuario de reflexión y paz, un lugar donde el tiempo parece detenerse y la memoria se entrelaza con el amor eterno. Para quienes habitan este espacio, «Roma» no es solo un conjunto de esculturas, sino un testimonio vivo de cómo el arte puede preservar la esencia de lo que amamos.